miércoles, 21 de octubre de 2009
...INTERESANTE...
INTRO:
Diversos testimonios a lo largo de la Historia, nos cuentan sobre enfermedades infecciosas clasificadas como plagas, responsables de tres históricas pandemias humanas que dejaron un saldo mortal de 200 millones de víctimas, éstas fueron la plaga de Justiniano, entre los siglos 6 al 8 de nuestra era; la famosa peste negra, desde el siglo 14 al 19, y la peste moderna, que comenzó en 1855 en China y subsiste hasta ahora con brotes endémicos ocasionales.
Esta enfermedad se conoce hoy en día como PESTE BUBÓNICA.
PESTE BUBÓNICA:
La peste bubónica, es una enfermedad infecciosa zoonótica, o sea, afecta tanto a animales como al Hombre, la cual es causada por el bacilo Yersinia pestis, que produce 3 formas clínicas de la peste: bubónica, pulmonar y septicémica.
El nombre de bubónica proviene del latín bubos que significa: inflamación en la ingle.
Esta patología es también conocida como peste o muerte negra debido a las hemorragias internas que dejaban una coloración oscura apreciable en la piel de los enfermos.
La peste, tiene un índice letal de entre un 30 a un 75%, cuando no es tratada y entre un 1 a 15% cuando es tratada.
PESTE PULMONAR O NEUMÓNICA:
Es una variedad muy virulenta que se presenta en forma de neumonías o bronconeumonías bilaterales, con disnea importante, cianosis y expectoración con bacterias en el esputo, lo cual significa un alto riesgo de contagio de persona a persona, teniendo una mortalidad de 100% en los casos no tratados. Existen dos formas, clasificadas de acuerdo a cómo se contrajo la enfermedad:
*peste neumónica primaria: que se debe a la afectación de los pulmones en el curso de la peste bubónica.
*peste neumónica secundaria: que se debe a la inhalación de partículas de esputo infectadas procedentes de una persona que padece peste neumónica, o sea, contagio directo.
PESTE SEPTICÉMICA:
Peste septicémica primaria es cuando la infección se localiza en la sangre y se disemina por ésta, durante su transcurso pueden no aparecer bubones.
Peste septicémica secundaria aparece como complicación de la peste bubónica.
Su mortalidad es de un 40% tratada y de un 100% no tratada.
HISTORIA:
Durante siglos la aparición de la peste se atribuyó a diversas causas entre las cuales se cuentan desde que era el castigo de Dios por los pecados de la Humanidad a que se debería a “malos aires” que provenían desde el suelo o, por ejemplo, Hipócrates creía que se debía a los cambios de estaciones, Aristóteles creía que era a causa de los astros, también se culpó en Egipto al río Nilo y más tarde a los judíos.
Es hasta 1894 que, Emilio Alejandro Yersin, un médico Suizo, observa y cultiva el bacilo causante de la enfermedad el cual obtuvo de un bubón inguinal de un cadáver chino, que se determina que las ratas y su pulgas son el vector principal de la enfermedad. Luego de esto, crea junto a Calmette y Borell, del Instituto Pasteur, un suero efectivo contra la misma basado en bacilos de la peste muertos por calor.
PLAGA DE JUSTINIANO:
Se conoce con este nombre a una plaga que ocurrió alrededor del 500 d.C. y se inició en el Imperio Bizantino en época del emperador Justiniano, aunque se extendió al Imperio Romano en el que redujo la población al 50 %. Esta se originó al parecer en Egipto extendiéndose a Palestina. Esta comenzaba por una súbita fiebre no de gran intensidad y a los pocos días aparecían unas hinchazones bubónicas en las axilas, detrás de las orejas y en los muslos. Luego unos quedaban sumidos en un coma profundo o en un estado delirante. Sufrían inapetencia y, a veces, en medio de un violento frenesí, se lanzaban al agua. Algunos morían rápidamente, otros a los pocos días, con pústulas negras que se abrían en los lugares donde tenían los bubones. Algunos vomitaban sangre y algunos se salvaban, sobre todo aquéllos que supuraban por los bubones. Morían entre 5.000 a 10.000 personas cada día. La mortalidad alcanzó a más de 600.000 personas. Es probable que se tratara de oleadas de epidemias de varias enfermedades, además de la peste bubónica, como influenza, viruela, disentería bacilar, cólera y difteria.
PESTE NEGRA o GRAN PLAGA:
Así se conoce a la plaga que asoló a Europa entre 1347 y 1350 acabando con más de 1/3 de la población europea de esos años. Se inició, aunque la epidemia provenía de Asia, probablemente de la India, y llegó a Europa como consecuencia de los contactos comerciales que las grandes potencias mercantiles de Italia sostenían con el Oriente. Hay quien afirma que fue una tripulación de un navío genovés, la que habiéndose contagiado en Kaffa (Crimea), introdujo la enfermedad en el occidente europeo. Desde Italia, la peste alcanzó en 1348 la Provenza, el Languedoc, La Corona de Aragón, Castilla, Francia y el centro de Europa. En los años siguientes (1349 - 1350), se extendió por Inglaterra, el norte de Europa y Escandinavia. Sólo regiones muy concretas pudieron escaparse total o parcialmente a sus devastadores efectos: Los Países Bajos, Bohemia, y Hungría. Aún no se sabe por qué, aunque se cree que el hecho de que estas zonas no tuvieran puertos retrasó la llegada de la enfermedad.
Sus consecuencias abarcaron desde el impresionante descenso demográfico hasta una crisis económica que se debió al abandono de las actividades agrícolas y la caída de los precios de los productos en general, ya que, nadie trabajaba ni compraba por miedo al contagio. En el ámbito social, se pueden mencionar los siguientes efectos: despoblamiento, muerte de personalidades importantes en la vida política y religiosa, por ejemplo el rey Alfonso XI de Castilla, aumento de los saqueos, muerte de los médicos, matanzas de judíos y peregrinos, migraciones, aparecieron corrientes de “flagelantes” quienes cantaban y se azotaban y reestructuración de la Sociedad.
Esta plaga reaparece entre 1646 y 1665.
Lo positivo de esta época fue que, gracias a la plaga, se llevaron a cabo grandes avances para la Medicina, como que, por primera vez, se tomaran medidas sanitarias para impedir el avance de la enfermedad entre las que se cuentan: el aislamiento de los infectados en hospitales periféricos, enterramientos en fosas comunes, quema de vestimentas y utensilios utilizados por los apestados, restricciones y de los mataderos
*La vestimenta observada en la fotografía era la que comúnmente utilizaban los médicos, la cual consistía en usar una especie de abrigo largo que cubría completamente la cabeza para evitar el contagio; y “máscaras” como las que se pueden apreciar las cuales, en ese pico, se colocaban algodones empapados con sustancias aromáticas con lo que se creía se evitaba el contagio por inhalación.
LA BACTERIA:
La Yersinia pestis o Pasteurella pestis es un cocobacilo gram negativo, lo que quiere decir que se tiñe débilmente al aplicarle la técnica de gram viéndose rosada a diferencia de las gram positivas que se tiñen moradas ya que no tienen membrana externa. Al principio se le clasificó dentro de la familia Pasteurella, pero luego, debido a la similitud de híbridación de su ADN se le reclasificó en la familia de las enterobacterias aunque presenta diferencias con estas en aspectos bioquímicos y antigénicos.
Es anaeróbica, aunque soporta la presencia de oxígeno; es sensible a la luz solar y a la desecación. No forma esporas. Su temperatura óptima de crecimiento es 28ºC.
Estructuralmente, está formada por una bicapa lipídica. En su capa externa presenta endotoxinas termoestables y no difusibles, que son lipopolisacáridos que forman el 40% de su membrana y se asocian con el 60% restante que son proteínas.
Estas endotoxinas inducen respuestas del individuo hospedador como la fiebre, hipotensión, fallo cardíaco y actividad necrótica de los tejidos al estimular una serie de mecanismos defensivos.
En la capa interna no hay lipopolisacáridos, sino que fosfolípidos y lipoproteínas. Entre la membrana externa y la citoplasmática hay un espacio acuoso llamado periplasma con función osmorregulatoria.
El microorganismo puede mantenerse viable durante semanas en aguas, harinas y granos húmedos, y es destruido por la luz solar en pocas horas; la Yersinia pestis es inmóvil a temperatura ambiente.
El bacilo se divide cada 20 minutos, pudiendo una sola bacteria generar mil millones de copias en 10 horas.
Según estudios recientes esta bacteria habría evolucionado hace pocos milenios de otra conocida como Yersinia pseudotuberculosis (la cual era más benigna).
El estudio genético reveló que tiene 1 cromosoma, 3 plásmidos y 150 pseudogenes en total.
CONTAGIO Y TRANSMISIÓN:
Existen 2 formas de que se transmita la enfermedad: a través de un vector y directo por inhalación. Bastan de 1 a 10 microorganismos para infectar a una persona.
La bacteria causante de la enfermedad es adquirida por las ratas. La pulga de la rata Xenopsilla cheopis se infecta al aspirar la sangre de una rata con peste, el bacilo se reproduce en el estómago de la pulga al punto de bloquear su tubo digestivo lo que provoca que al intentar chupar sangre otra vez regurgite por el esfuerzo introduciendo la bacteria en el organismo del que trata de alimentarse. La pulga del Hombre, Pulex irritans se encarga de contagiar a otros humanos.
Al desarrollarse una peste pulmonar, el enfermo expele partículas en aerosol al toser o hablar que contienen la bacteria produciendo un contagio interhumano.
PERIODO DE INCUBACIÓN: 2 a 7 días (variedad bubónica) y 1 a 3 días variedad pulmonar.
En principio la bacteria creció en el tracto intestinal de la pulga y es entonces cuando pierde su cápsula extracelular pudiendo ser fagocitada por los leucocitos polimorfonucleares, que matan al microorganismo cuando éste entra a causa de una picadura de pulga. Pero algunos de esos bacilos son fagocitados por macrófagos del tejido y éstos no son capaces de eliminar a las bacterias, proveyéndolas además de un ambiente seguro para que puedan recomponer su cápsula y otros antígenos virulentos. Aquí además se multiplican y producen 2 Ag, uno proteico y otro lipoproteico, que impedirán que sea destruida al lisar al macrófago. Es entonces cuando lo matan y quedan en libertad para salir al medio extracelular donde ahora son inmunes a los leucocitos. Rápidamente se trasladan a los nódulos linfáticos más cercanos a la picadura donde se multiplican y estos adquieren la morfología de los bubones. Después de unas cuantas horas pasan a la sangre y atacan al hígado, bazo, etc. Y si la epidemia adquiere mayores dimensiones aparece la peste pulmonar que tiene un porcentaje de mortandad de casi el 100% sin tratamiento. Después de la septicemia pueden darse convulsiones, shock y por último la piel adquiere un tono negruzco por la gran cantidad de hemorragias.
SÍNTOMAS:
FORMA BUBÓNICA: Se presentan 2 a 7 días después de haber tomado contacto con la bacteria.
Estos incluyen fiebre alta (37 a 40.9ºC), escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vomitos sanguinolentos, hipersensibilidad a la luz, convulsiones, mialgia, irritación en la garganta, diarrea, estreñimiento, formación de una capa blanca en la lengua, dolor, taquicardia, hipotensión, formación de bubones que son la inflamación dolorosa de ganglios linfáticos principalmente observables en el cuello, la ingle y la axila, lo que se conoce como adenopatía; fragilidad capilar lo que produce que los vasos sanguíneos se rompan generando hemorragias internas.
Tras uno o dos días de cuadro infeccioso grave, con fiebre alta y mal estado general, aparece un infarto ganglionar situado, como sitio más frecuente, en el triángulo de Scarpa (en la ingle). Los ganglios crecidos, se hacen muy dolorosos y llegan a ulcerarse con necrosis abundantes y hemorragias, dando salida a un pus muy fétido. Por linfangitis brotan en la piel bubones secundarios, formándose ampollas y pústulas azuladas también conocidas como carbunco pestoso. Existen también formas clínicas que no supuran. La mortalidad es de un 90%.
Las complicaciones incluyen meningitis que es la inflamación de las membranas que cubren la médula espinal y el cerebro, faringitis, shock, hemorragias de diversos órganos y lesiones necróticas, o sea, muerte de tejidos. También se consideran como complicaciones el desarrollar peste neumónica o septicémica.
FORMA NEUMÓNICA: Se caracteriza por tos grave, dificultad para respirar y secreciones sanguinolentas. Clínicamente se caracteriza por tener un curso muy rápido, con fiebre, inflamación de ganglios linfáticos, especialmente del cuello, y un cuadro de bronconeumonía (infección bronquial y pulmonar) caracterizado por tos, dolor torácico y a menudo hemoptisis (expectoración con sangre). Al principio el esputo suele ser mucoso pero en el transcurso de los días se vuelve purulento. La forma primaria puede ir acompañada de síntomas gastrointestinales.
Los estudios radiográficos demuestran focos de bronconeumonía.
Sin el tratamiento adecuado los pacientes pueden morir en un plazo de 18 a 72 horas.
FORMA SEPTICEMICA: Los síntomas aparecen de 2 a 7 días después de haber tomado contacto con la bacteria. El enfermo presenta nauseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal, así como falla generalizada de órganos, pueden existir necrosis de vasos pequeños y lesiones cutáneas de color púrpura, en etapas tardías de la enfermedad aparece gangrena en los dedos y nariz, ya que pierden la circulación lo que se llama isquemia. Sin tratamiento el paciente puede evolucionar a shock endotóxico que es un déficit de perfusión tisular sostenida donde no llega suficiente oxígeno, ni nutrientes, o una coagulación intravascular diseminada el cual es un trastorno de activación difusa de la cascada de coagulación que ocasiona un disminución de los factores de coagulación de la sangre y que aparece cuando los mecanismos de coagulación se activan en todo el cuerpo y no sólo en el área lesionada formándose coágulos por todas partes hasta que los factores de coagulación se agotan y no pueden formar coágulos en el tejido dañado.
DIAGNÓSTICO: Se hace a través de métodos directos de detección de antígenos (aislamiento de Yersinia en la sangre, esputo, líquido cefaloraquídeo o secreción de bubón del paciente), también se realizan frotis o cultivos, fluorescencia de anticuerpos y pruebas serológicas como el test ELISA (Enzyme Linked Immuno Sorbent Asssay) que significa “Ensayo inmuno-enzimático absorbente” y es un estudio inmunológico de laboratorio por medio de reactivos para detectar diversos gérmenes, tales como virus o protozoarios, mediante la detección de anticuerpos específicos contra ellos o alguno de sus antígenos y consiste en mostrar por una reacción coloreada, la presencia de moléculas que se ligan de manera específica a las proteínas purificadas de la bacteria.
TRATAMIENTO:
La primera medida a tomar es aislar al paciente para evitar la difusión de la enfermedad, e iniciar el tratamiento sintomático, reponer líquidos y estabilizar al paciente. El tratamiento antibiótico debe iniciarse lo antes posible, con estreptomicina como antibiótico de elección. La gentamicina, y tetraciclina son útiles cuando no se dispone de estreptomicina; el cloranfenicol debe administrarse en los casos de meningitis y de hipotensiónpronunciada.
Estas actúa como bacteriostático, ya que, inhiben la síntesis de proteínas. También se pueden utilizar sulfamidas.
Los bubones remiten sin necesidad de tratamiento local, pero durante la primera semana de tratamiento pueden volverse fluctuantes y aumentar de tamaño y puede ser necesaria su incisión y drenaje.
Si es tratamiento preventivo se usan la tetraciclina o la doxiciclina.
Existe la vacuna inactiva de Greer se coloca 1 ml y luego se ponen dos refuerzos entre 3 y 6 meses.
PREVENCIÓN:
La prevención en áreas endémicas se basa en un control ambiental y que, para prevenir los brotes de peste, se adopten medidas sanitarias para disminuir la población de ratas y otros roedores, aunque la prioridad es acabar con las pulgas, ya que si se acaba con las ratas se liberaría una gran cantidad de pulgas que, en busca de alimento, atacarían al hombre.
La vacuna contra la peste tiene un uso muy limitado. Debe vacunarse el personal de laboratorio que trabaje con la bacteria y a aquellas personas que por su trabajo manipulen o tengan un contacto estrecho con animales infectados, así como aquellos que viajen a zonas endémicas. Esta protege sólo contra la forma bubónica de la enfermedad y en varios países, incluyendo Estados Unidos, la vacuna se dejó de producir.
Se cree que hubo un gen llamado CCR5-Delta 32 que habría experimentado una mutación ocasionando inmunidad a la enfermedad disminuyendo así su nivel mortalidad. Esta mutación también sería capaz de inmunizar contra el VIH, lo cual está actualmente siendo estudiado.
PESTE BUBÓNICA EN CHILE:
Históricamente se afirma erradicada de la zona norte en 1920.
LA PESTE Y EL ARTE:
Es inherente al Hombre el expresarse utilizando para este fin las artes. Sobre la plaga, podemos encontrar muestras fácilmente en la pintura y la literatura.
En la época romana, se muestra una enorme cantidad de muertos en el suelo.
Durante el siglo 14, el tópico recurrente es la “danza de la muerte” y en casi todo el arte de la época se ve una morbidez y brutalidad que se refleja en abundantes pinturas de esqueletos conviviendo con la gente normal y algunas esculturas.
LA PESTE EN LA LITERATURA:
Varios autores han utilizado el tema de la Peste en sus obras lo cual es rastreable hasta Procopio quien describió una peste en su “Historia de las guerras persas” en el 542 d.C. Además de este tenemos a “Una letanía en tiempos de la Plaga” de Thomas Nashe; “El Decamerón” de Boccaccio; “La Plaga” de Ann Benson; “La Peste” de Albert Camus; “Diario del año de la Plaga” de Daniel Defoe y “Enfermedades ficticias de la moderna
Inglaterra: cadáveres, plagas y políticos” de Margaret Healy entre otros.
CONCLUSIÓN:
Aunque en los últimos años la Medicina ha logrado que la peste bubónica se transformara en una enfermedad endémica, aún se registran, en promedio, 2600 casos al año según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, los cuales se dan en zonas de poca higiene.
Lo cierto es que, en la actualidad, la peste persiste en Asia Central, India, Norte de África, suroeste de EEUU y Latinoamérica, en especial Brasil y Perú.
Actualmente, debido a la mutación y a la resistencia a los antibióticos presentada por algunas cepas estudiadas, la Yersinia pestis entra en la categoría de posibles armas biológicas a utilizarse en una guerra. Históricamente, Pasteurella pestis fue una de las primeras armas biológicas utilizadas; cuenta la Historia que en 1346, los tártaros lanzaron cadáveres producto de la peste por sobre las murallas de la ciudad de Kaffa (actual Feodosiya, Ucrania) que se encontraba sitiada causando la casi desaparición de la ciudad.
Por esto, hay que ser cuidadoso al momento de viajar a zonas donde aún se da la enfermedad y mantener el aseo de las mascotas para evitar lo que podría ser una muy peligrosa picada de pulga.
Diversos testimonios a lo largo de la Historia, nos cuentan sobre enfermedades infecciosas clasificadas como plagas, responsables de tres históricas pandemias humanas que dejaron un saldo mortal de 200 millones de víctimas, éstas fueron la plaga de Justiniano, entre los siglos 6 al 8 de nuestra era; la famosa peste negra, desde el siglo 14 al 19, y la peste moderna, que comenzó en 1855 en China y subsiste hasta ahora con brotes endémicos ocasionales.
Esta enfermedad se conoce hoy en día como PESTE BUBÓNICA.
PESTE BUBÓNICA:
La peste bubónica, es una enfermedad infecciosa zoonótica, o sea, afecta tanto a animales como al Hombre, la cual es causada por el bacilo Yersinia pestis, que produce 3 formas clínicas de la peste: bubónica, pulmonar y septicémica.
El nombre de bubónica proviene del latín bubos que significa: inflamación en la ingle.
Esta patología es también conocida como peste o muerte negra debido a las hemorragias internas que dejaban una coloración oscura apreciable en la piel de los enfermos.
La peste, tiene un índice letal de entre un 30 a un 75%, cuando no es tratada y entre un 1 a 15% cuando es tratada.
PESTE PULMONAR O NEUMÓNICA:
Es una variedad muy virulenta que se presenta en forma de neumonías o bronconeumonías bilaterales, con disnea importante, cianosis y expectoración con bacterias en el esputo, lo cual significa un alto riesgo de contagio de persona a persona, teniendo una mortalidad de 100% en los casos no tratados. Existen dos formas, clasificadas de acuerdo a cómo se contrajo la enfermedad:
*peste neumónica primaria: que se debe a la afectación de los pulmones en el curso de la peste bubónica.
*peste neumónica secundaria: que se debe a la inhalación de partículas de esputo infectadas procedentes de una persona que padece peste neumónica, o sea, contagio directo.
PESTE SEPTICÉMICA:
Peste septicémica primaria es cuando la infección se localiza en la sangre y se disemina por ésta, durante su transcurso pueden no aparecer bubones.
Peste septicémica secundaria aparece como complicación de la peste bubónica.
Su mortalidad es de un 40% tratada y de un 100% no tratada.
HISTORIA:
Durante siglos la aparición de la peste se atribuyó a diversas causas entre las cuales se cuentan desde que era el castigo de Dios por los pecados de la Humanidad a que se debería a “malos aires” que provenían desde el suelo o, por ejemplo, Hipócrates creía que se debía a los cambios de estaciones, Aristóteles creía que era a causa de los astros, también se culpó en Egipto al río Nilo y más tarde a los judíos.
Es hasta 1894 que, Emilio Alejandro Yersin, un médico Suizo, observa y cultiva el bacilo causante de la enfermedad el cual obtuvo de un bubón inguinal de un cadáver chino, que se determina que las ratas y su pulgas son el vector principal de la enfermedad. Luego de esto, crea junto a Calmette y Borell, del Instituto Pasteur, un suero efectivo contra la misma basado en bacilos de la peste muertos por calor.
PLAGA DE JUSTINIANO:
Se conoce con este nombre a una plaga que ocurrió alrededor del 500 d.C. y se inició en el Imperio Bizantino en época del emperador Justiniano, aunque se extendió al Imperio Romano en el que redujo la población al 50 %. Esta se originó al parecer en Egipto extendiéndose a Palestina. Esta comenzaba por una súbita fiebre no de gran intensidad y a los pocos días aparecían unas hinchazones bubónicas en las axilas, detrás de las orejas y en los muslos. Luego unos quedaban sumidos en un coma profundo o en un estado delirante. Sufrían inapetencia y, a veces, en medio de un violento frenesí, se lanzaban al agua. Algunos morían rápidamente, otros a los pocos días, con pústulas negras que se abrían en los lugares donde tenían los bubones. Algunos vomitaban sangre y algunos se salvaban, sobre todo aquéllos que supuraban por los bubones. Morían entre 5.000 a 10.000 personas cada día. La mortalidad alcanzó a más de 600.000 personas. Es probable que se tratara de oleadas de epidemias de varias enfermedades, además de la peste bubónica, como influenza, viruela, disentería bacilar, cólera y difteria.
PESTE NEGRA o GRAN PLAGA:
Así se conoce a la plaga que asoló a Europa entre 1347 y 1350 acabando con más de 1/3 de la población europea de esos años. Se inició, aunque la epidemia provenía de Asia, probablemente de la India, y llegó a Europa como consecuencia de los contactos comerciales que las grandes potencias mercantiles de Italia sostenían con el Oriente. Hay quien afirma que fue una tripulación de un navío genovés, la que habiéndose contagiado en Kaffa (Crimea), introdujo la enfermedad en el occidente europeo. Desde Italia, la peste alcanzó en 1348 la Provenza, el Languedoc, La Corona de Aragón, Castilla, Francia y el centro de Europa. En los años siguientes (1349 - 1350), se extendió por Inglaterra, el norte de Europa y Escandinavia. Sólo regiones muy concretas pudieron escaparse total o parcialmente a sus devastadores efectos: Los Países Bajos, Bohemia, y Hungría. Aún no se sabe por qué, aunque se cree que el hecho de que estas zonas no tuvieran puertos retrasó la llegada de la enfermedad.
Sus consecuencias abarcaron desde el impresionante descenso demográfico hasta una crisis económica que se debió al abandono de las actividades agrícolas y la caída de los precios de los productos en general, ya que, nadie trabajaba ni compraba por miedo al contagio. En el ámbito social, se pueden mencionar los siguientes efectos: despoblamiento, muerte de personalidades importantes en la vida política y religiosa, por ejemplo el rey Alfonso XI de Castilla, aumento de los saqueos, muerte de los médicos, matanzas de judíos y peregrinos, migraciones, aparecieron corrientes de “flagelantes” quienes cantaban y se azotaban y reestructuración de la Sociedad.
Esta plaga reaparece entre 1646 y 1665.
Lo positivo de esta época fue que, gracias a la plaga, se llevaron a cabo grandes avances para la Medicina, como que, por primera vez, se tomaran medidas sanitarias para impedir el avance de la enfermedad entre las que se cuentan: el aislamiento de los infectados en hospitales periféricos, enterramientos en fosas comunes, quema de vestimentas y utensilios utilizados por los apestados, restricciones y de los mataderos
*La vestimenta observada en la fotografía era la que comúnmente utilizaban los médicos, la cual consistía en usar una especie de abrigo largo que cubría completamente la cabeza para evitar el contagio; y “máscaras” como las que se pueden apreciar las cuales, en ese pico, se colocaban algodones empapados con sustancias aromáticas con lo que se creía se evitaba el contagio por inhalación.
LA BACTERIA:
La Yersinia pestis o Pasteurella pestis es un cocobacilo gram negativo, lo que quiere decir que se tiñe débilmente al aplicarle la técnica de gram viéndose rosada a diferencia de las gram positivas que se tiñen moradas ya que no tienen membrana externa. Al principio se le clasificó dentro de la familia Pasteurella, pero luego, debido a la similitud de híbridación de su ADN se le reclasificó en la familia de las enterobacterias aunque presenta diferencias con estas en aspectos bioquímicos y antigénicos.
Es anaeróbica, aunque soporta la presencia de oxígeno; es sensible a la luz solar y a la desecación. No forma esporas. Su temperatura óptima de crecimiento es 28ºC.
Estructuralmente, está formada por una bicapa lipídica. En su capa externa presenta endotoxinas termoestables y no difusibles, que son lipopolisacáridos que forman el 40% de su membrana y se asocian con el 60% restante que son proteínas.
Estas endotoxinas inducen respuestas del individuo hospedador como la fiebre, hipotensión, fallo cardíaco y actividad necrótica de los tejidos al estimular una serie de mecanismos defensivos.
En la capa interna no hay lipopolisacáridos, sino que fosfolípidos y lipoproteínas. Entre la membrana externa y la citoplasmática hay un espacio acuoso llamado periplasma con función osmorregulatoria.
El microorganismo puede mantenerse viable durante semanas en aguas, harinas y granos húmedos, y es destruido por la luz solar en pocas horas; la Yersinia pestis es inmóvil a temperatura ambiente.
El bacilo se divide cada 20 minutos, pudiendo una sola bacteria generar mil millones de copias en 10 horas.
Según estudios recientes esta bacteria habría evolucionado hace pocos milenios de otra conocida como Yersinia pseudotuberculosis (la cual era más benigna).
El estudio genético reveló que tiene 1 cromosoma, 3 plásmidos y 150 pseudogenes en total.
CONTAGIO Y TRANSMISIÓN:
Existen 2 formas de que se transmita la enfermedad: a través de un vector y directo por inhalación. Bastan de 1 a 10 microorganismos para infectar a una persona.
La bacteria causante de la enfermedad es adquirida por las ratas. La pulga de la rata Xenopsilla cheopis se infecta al aspirar la sangre de una rata con peste, el bacilo se reproduce en el estómago de la pulga al punto de bloquear su tubo digestivo lo que provoca que al intentar chupar sangre otra vez regurgite por el esfuerzo introduciendo la bacteria en el organismo del que trata de alimentarse. La pulga del Hombre, Pulex irritans se encarga de contagiar a otros humanos.
Al desarrollarse una peste pulmonar, el enfermo expele partículas en aerosol al toser o hablar que contienen la bacteria produciendo un contagio interhumano.
PERIODO DE INCUBACIÓN: 2 a 7 días (variedad bubónica) y 1 a 3 días variedad pulmonar.
En principio la bacteria creció en el tracto intestinal de la pulga y es entonces cuando pierde su cápsula extracelular pudiendo ser fagocitada por los leucocitos polimorfonucleares, que matan al microorganismo cuando éste entra a causa de una picadura de pulga. Pero algunos de esos bacilos son fagocitados por macrófagos del tejido y éstos no son capaces de eliminar a las bacterias, proveyéndolas además de un ambiente seguro para que puedan recomponer su cápsula y otros antígenos virulentos. Aquí además se multiplican y producen 2 Ag, uno proteico y otro lipoproteico, que impedirán que sea destruida al lisar al macrófago. Es entonces cuando lo matan y quedan en libertad para salir al medio extracelular donde ahora son inmunes a los leucocitos. Rápidamente se trasladan a los nódulos linfáticos más cercanos a la picadura donde se multiplican y estos adquieren la morfología de los bubones. Después de unas cuantas horas pasan a la sangre y atacan al hígado, bazo, etc. Y si la epidemia adquiere mayores dimensiones aparece la peste pulmonar que tiene un porcentaje de mortandad de casi el 100% sin tratamiento. Después de la septicemia pueden darse convulsiones, shock y por último la piel adquiere un tono negruzco por la gran cantidad de hemorragias.
SÍNTOMAS:
FORMA BUBÓNICA: Se presentan 2 a 7 días después de haber tomado contacto con la bacteria.
Estos incluyen fiebre alta (37 a 40.9ºC), escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vomitos sanguinolentos, hipersensibilidad a la luz, convulsiones, mialgia, irritación en la garganta, diarrea, estreñimiento, formación de una capa blanca en la lengua, dolor, taquicardia, hipotensión, formación de bubones que son la inflamación dolorosa de ganglios linfáticos principalmente observables en el cuello, la ingle y la axila, lo que se conoce como adenopatía; fragilidad capilar lo que produce que los vasos sanguíneos se rompan generando hemorragias internas.
Tras uno o dos días de cuadro infeccioso grave, con fiebre alta y mal estado general, aparece un infarto ganglionar situado, como sitio más frecuente, en el triángulo de Scarpa (en la ingle). Los ganglios crecidos, se hacen muy dolorosos y llegan a ulcerarse con necrosis abundantes y hemorragias, dando salida a un pus muy fétido. Por linfangitis brotan en la piel bubones secundarios, formándose ampollas y pústulas azuladas también conocidas como carbunco pestoso. Existen también formas clínicas que no supuran. La mortalidad es de un 90%.
Las complicaciones incluyen meningitis que es la inflamación de las membranas que cubren la médula espinal y el cerebro, faringitis, shock, hemorragias de diversos órganos y lesiones necróticas, o sea, muerte de tejidos. También se consideran como complicaciones el desarrollar peste neumónica o septicémica.
FORMA NEUMÓNICA: Se caracteriza por tos grave, dificultad para respirar y secreciones sanguinolentas. Clínicamente se caracteriza por tener un curso muy rápido, con fiebre, inflamación de ganglios linfáticos, especialmente del cuello, y un cuadro de bronconeumonía (infección bronquial y pulmonar) caracterizado por tos, dolor torácico y a menudo hemoptisis (expectoración con sangre). Al principio el esputo suele ser mucoso pero en el transcurso de los días se vuelve purulento. La forma primaria puede ir acompañada de síntomas gastrointestinales.
Los estudios radiográficos demuestran focos de bronconeumonía.
Sin el tratamiento adecuado los pacientes pueden morir en un plazo de 18 a 72 horas.
FORMA SEPTICEMICA: Los síntomas aparecen de 2 a 7 días después de haber tomado contacto con la bacteria. El enfermo presenta nauseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal, así como falla generalizada de órganos, pueden existir necrosis de vasos pequeños y lesiones cutáneas de color púrpura, en etapas tardías de la enfermedad aparece gangrena en los dedos y nariz, ya que pierden la circulación lo que se llama isquemia. Sin tratamiento el paciente puede evolucionar a shock endotóxico que es un déficit de perfusión tisular sostenida donde no llega suficiente oxígeno, ni nutrientes, o una coagulación intravascular diseminada el cual es un trastorno de activación difusa de la cascada de coagulación que ocasiona un disminución de los factores de coagulación de la sangre y que aparece cuando los mecanismos de coagulación se activan en todo el cuerpo y no sólo en el área lesionada formándose coágulos por todas partes hasta que los factores de coagulación se agotan y no pueden formar coágulos en el tejido dañado.
DIAGNÓSTICO: Se hace a través de métodos directos de detección de antígenos (aislamiento de Yersinia en la sangre, esputo, líquido cefaloraquídeo o secreción de bubón del paciente), también se realizan frotis o cultivos, fluorescencia de anticuerpos y pruebas serológicas como el test ELISA (Enzyme Linked Immuno Sorbent Asssay) que significa “Ensayo inmuno-enzimático absorbente” y es un estudio inmunológico de laboratorio por medio de reactivos para detectar diversos gérmenes, tales como virus o protozoarios, mediante la detección de anticuerpos específicos contra ellos o alguno de sus antígenos y consiste en mostrar por una reacción coloreada, la presencia de moléculas que se ligan de manera específica a las proteínas purificadas de la bacteria.
TRATAMIENTO:
La primera medida a tomar es aislar al paciente para evitar la difusión de la enfermedad, e iniciar el tratamiento sintomático, reponer líquidos y estabilizar al paciente. El tratamiento antibiótico debe iniciarse lo antes posible, con estreptomicina como antibiótico de elección. La gentamicina, y tetraciclina son útiles cuando no se dispone de estreptomicina; el cloranfenicol debe administrarse en los casos de meningitis y de hipotensiónpronunciada.
Estas actúa como bacteriostático, ya que, inhiben la síntesis de proteínas. También se pueden utilizar sulfamidas.
Los bubones remiten sin necesidad de tratamiento local, pero durante la primera semana de tratamiento pueden volverse fluctuantes y aumentar de tamaño y puede ser necesaria su incisión y drenaje.
Si es tratamiento preventivo se usan la tetraciclina o la doxiciclina.
Existe la vacuna inactiva de Greer se coloca 1 ml y luego se ponen dos refuerzos entre 3 y 6 meses.
PREVENCIÓN:
La prevención en áreas endémicas se basa en un control ambiental y que, para prevenir los brotes de peste, se adopten medidas sanitarias para disminuir la población de ratas y otros roedores, aunque la prioridad es acabar con las pulgas, ya que si se acaba con las ratas se liberaría una gran cantidad de pulgas que, en busca de alimento, atacarían al hombre.
La vacuna contra la peste tiene un uso muy limitado. Debe vacunarse el personal de laboratorio que trabaje con la bacteria y a aquellas personas que por su trabajo manipulen o tengan un contacto estrecho con animales infectados, así como aquellos que viajen a zonas endémicas. Esta protege sólo contra la forma bubónica de la enfermedad y en varios países, incluyendo Estados Unidos, la vacuna se dejó de producir.
Se cree que hubo un gen llamado CCR5-Delta 32 que habría experimentado una mutación ocasionando inmunidad a la enfermedad disminuyendo así su nivel mortalidad. Esta mutación también sería capaz de inmunizar contra el VIH, lo cual está actualmente siendo estudiado.
PESTE BUBÓNICA EN CHILE:
Históricamente se afirma erradicada de la zona norte en 1920.
LA PESTE Y EL ARTE:
Es inherente al Hombre el expresarse utilizando para este fin las artes. Sobre la plaga, podemos encontrar muestras fácilmente en la pintura y la literatura.
En la época romana, se muestra una enorme cantidad de muertos en el suelo.
Durante el siglo 14, el tópico recurrente es la “danza de la muerte” y en casi todo el arte de la época se ve una morbidez y brutalidad que se refleja en abundantes pinturas de esqueletos conviviendo con la gente normal y algunas esculturas.
LA PESTE EN LA LITERATURA:
Varios autores han utilizado el tema de la Peste en sus obras lo cual es rastreable hasta Procopio quien describió una peste en su “Historia de las guerras persas” en el 542 d.C. Además de este tenemos a “Una letanía en tiempos de la Plaga” de Thomas Nashe; “El Decamerón” de Boccaccio; “La Plaga” de Ann Benson; “La Peste” de Albert Camus; “Diario del año de la Plaga” de Daniel Defoe y “Enfermedades ficticias de la moderna
Inglaterra: cadáveres, plagas y políticos” de Margaret Healy entre otros.
CONCLUSIÓN:
Aunque en los últimos años la Medicina ha logrado que la peste bubónica se transformara en una enfermedad endémica, aún se registran, en promedio, 2600 casos al año según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, los cuales se dan en zonas de poca higiene.
Lo cierto es que, en la actualidad, la peste persiste en Asia Central, India, Norte de África, suroeste de EEUU y Latinoamérica, en especial Brasil y Perú.
Actualmente, debido a la mutación y a la resistencia a los antibióticos presentada por algunas cepas estudiadas, la Yersinia pestis entra en la categoría de posibles armas biológicas a utilizarse en una guerra. Históricamente, Pasteurella pestis fue una de las primeras armas biológicas utilizadas; cuenta la Historia que en 1346, los tártaros lanzaron cadáveres producto de la peste por sobre las murallas de la ciudad de Kaffa (actual Feodosiya, Ucrania) que se encontraba sitiada causando la casi desaparición de la ciudad.
Por esto, hay que ser cuidadoso al momento de viajar a zonas donde aún se da la enfermedad y mantener el aseo de las mascotas para evitar lo que podría ser una muy peligrosa picada de pulga.
...LA PESTE HOY...
La prevención y el tratamiento de la plaga son relativamente éxitos en la actualidad. El organismo que la causa fue descubierto, casi al mis tiempo, por el japonés Sharamiro Kitasato y el suizo Alexander Yersin. bacilo lleva el nombre de este último y la prevención fue posible gracias la inoculación de una vacuna preparada con organismos muertos o por la inyección de una cepa activa pero no virulenta llamada Yersinia.
Las drogas antibióticas estreptomicina o tetraciclina han demostrado tener éxito en combatir esta enfermedad en las personas infectadas. Las ratas y las pulgas pueden ser tratadas con pesticidas, pero la plaga, en particular en su forma neumónica, es todavía tan peligrosa que la gente que cuidaba a los enfermos tiene que usar máscaras, trajes protectores y guantes, cual lo hacían —o se aconsejaba hacer— durante la época de la muerte negra o la Gran Plaga de 1665.
Nada nos explica cómo se extinguió la Gran Plaga de Europa a fines siglo XVII. Hay varias sugerencias, una de las cuales, la teoría de las rata es la más conocida. Ésta supone que la amigable rata negra de las casas barcos fue perseguida por la más feroz rata marrón noruega que, se dice que apareció por primera vez en Europa en 1720. La rata marrón habitaba en las cloacas y es más comúnmente infectada por una pulga diferente, que rara vez es transmisible a los seres humanos.
No obstante, es necesario precisar un par de cuestiones. En primer lugar, la teoría de que la rata marrón mat6 la negra es sólo una presunción. Las dos especies parecen no competir por el espacio ni la comida, y en muchos lugares viven próximas una de la otra respetando cada cual su territorio y alejadas entre sí. Hasta pueden permanecer acostadas una junto a la otra cuando el lugar es lo suficientemente espacioso como para permitir que cada una se sienta satisfecha con sus codiciones. En segundo término, no está probado que la rata negra alguna vez haya desaparecido, pero sí que volvió y desde 1910 ha aumentado su presencia en Europa.
Este hecho ha sido confirmado por F. E. Loosjes, quien comentó: “Si la plaga de las epidemias realmente desapareció con la rata negra es imperativo hacer un estudio cuidadoso de la especie actual y de su incremento, y, de ser posible exterminada".
Hay un tipo de plaga animal llamada "campestre” o “selvática” que afecta a los roedores, tales como ratas, conejos, liebres y ardillas. La transmisión roedor-pulga-roedor podría llevar la infección a otras especies urbanas y amigables, como las ratas negras, los hámsters y los chanchitos de Guinea. Hay una posibilidad de que éste sea un tipo de plaga que alguna vez fue humana Y se transmitió a un roedor. Nuestros antepasados eran tan observadores como nosotros y ellos no parecen haber notado ningún incremento en la mortalidad de las ratas, un hecho que ha sido destacado en China, la India y Mongolia. A lo mejor la epidemiología es correcta, pero tratada de otra manera.
Las grandes plagas pueden haber sido originadas por los seres humanos y luego transmitidas por las pulgas a las ratas. Cualquiera fuese la respuesta a estos enunciados, el reinado de trescientos años de la plaga en Europa culminó por un proceso natural y no por una medida efectiva por parte del hombre. No hubo ningún descubrimiento médico ni científico, ningún avance en la higiene social ni mejoramiento en el nivel de vida que pueda explicarnos esta desaparición.
Quien lea estas palabras y crea que el relato de la muerte negra es exagerado, y no está de acuerdo con el conocimiento médico moderno, permítame considerar la evidencia de Francesco Petrarca.
El gran poeta y humanista italiano, que conocía esa época porque sobrevivió a la peste en Italia, cuenta que Laura, su misterioso y platónico amor, murió de la plaga en Aviñón el 6 de abril de 1348. Describió las casas vacías, los pueblos y los campos abandonados, los terrenos cubiertos por los muertos, el silencio sepulcral y vasto en todos lados. Recordó que los historiadores se quedaban silenciosos cuando alguien les pedía que describieran desastres similares, de médicos que enloquecían, de filósofos que se encogían de hombros, fruncían el entrecejo y colocaban un dedo sobre los labios silenciándolos
Petrarca termina aquel relato con estas palabras sentenciosas: “Es posible que la posteridad pueda creer estas cosas? Porque nosotros, que las hemos vivido casi no podemos creerlas”.
Las drogas antibióticas estreptomicina o tetraciclina han demostrado tener éxito en combatir esta enfermedad en las personas infectadas. Las ratas y las pulgas pueden ser tratadas con pesticidas, pero la plaga, en particular en su forma neumónica, es todavía tan peligrosa que la gente que cuidaba a los enfermos tiene que usar máscaras, trajes protectores y guantes, cual lo hacían —o se aconsejaba hacer— durante la época de la muerte negra o la Gran Plaga de 1665.
Nada nos explica cómo se extinguió la Gran Plaga de Europa a fines siglo XVII. Hay varias sugerencias, una de las cuales, la teoría de las rata es la más conocida. Ésta supone que la amigable rata negra de las casas barcos fue perseguida por la más feroz rata marrón noruega que, se dice que apareció por primera vez en Europa en 1720. La rata marrón habitaba en las cloacas y es más comúnmente infectada por una pulga diferente, que rara vez es transmisible a los seres humanos.
No obstante, es necesario precisar un par de cuestiones. En primer lugar, la teoría de que la rata marrón mat6 la negra es sólo una presunción. Las dos especies parecen no competir por el espacio ni la comida, y en muchos lugares viven próximas una de la otra respetando cada cual su territorio y alejadas entre sí. Hasta pueden permanecer acostadas una junto a la otra cuando el lugar es lo suficientemente espacioso como para permitir que cada una se sienta satisfecha con sus codiciones. En segundo término, no está probado que la rata negra alguna vez haya desaparecido, pero sí que volvió y desde 1910 ha aumentado su presencia en Europa.
Este hecho ha sido confirmado por F. E. Loosjes, quien comentó: “Si la plaga de las epidemias realmente desapareció con la rata negra es imperativo hacer un estudio cuidadoso de la especie actual y de su incremento, y, de ser posible exterminada".
Hay un tipo de plaga animal llamada "campestre” o “selvática” que afecta a los roedores, tales como ratas, conejos, liebres y ardillas. La transmisión roedor-pulga-roedor podría llevar la infección a otras especies urbanas y amigables, como las ratas negras, los hámsters y los chanchitos de Guinea. Hay una posibilidad de que éste sea un tipo de plaga que alguna vez fue humana Y se transmitió a un roedor. Nuestros antepasados eran tan observadores como nosotros y ellos no parecen haber notado ningún incremento en la mortalidad de las ratas, un hecho que ha sido destacado en China, la India y Mongolia. A lo mejor la epidemiología es correcta, pero tratada de otra manera.
Las grandes plagas pueden haber sido originadas por los seres humanos y luego transmitidas por las pulgas a las ratas. Cualquiera fuese la respuesta a estos enunciados, el reinado de trescientos años de la plaga en Europa culminó por un proceso natural y no por una medida efectiva por parte del hombre. No hubo ningún descubrimiento médico ni científico, ningún avance en la higiene social ni mejoramiento en el nivel de vida que pueda explicarnos esta desaparición.
Quien lea estas palabras y crea que el relato de la muerte negra es exagerado, y no está de acuerdo con el conocimiento médico moderno, permítame considerar la evidencia de Francesco Petrarca.
El gran poeta y humanista italiano, que conocía esa época porque sobrevivió a la peste en Italia, cuenta que Laura, su misterioso y platónico amor, murió de la plaga en Aviñón el 6 de abril de 1348. Describió las casas vacías, los pueblos y los campos abandonados, los terrenos cubiertos por los muertos, el silencio sepulcral y vasto en todos lados. Recordó que los historiadores se quedaban silenciosos cuando alguien les pedía que describieran desastres similares, de médicos que enloquecían, de filósofos que se encogían de hombros, fruncían el entrecejo y colocaban un dedo sobre los labios silenciándolos
Petrarca termina aquel relato con estas palabras sentenciosas: “Es posible que la posteridad pueda creer estas cosas? Porque nosotros, que las hemos vivido casi no podemos creerlas”.
OTRAS ALTERNATIVAS A LA ENFERMEDAD
Recientemente, los científicos Susan Scott y Christopher Duncan de la Universidad de Liverpool han propuesto la teoría de que la peste negra pudo haber sido causada por un virus similar al del Ébola, y no una bacteria. Argumentan que esta plaga se extiendió mucho más deprisa y el periodo de incubación fue más largo que en el caso de las plagas causadas por Yersinia pestis. (Un periodo de incubación más largo permite que los portadores de la enfermedad puedan viajar más lejos e infectar a más personas que un periodo de incubación más corto.
Los estudios realizados a partir de los documentos en iglesias inglesas indican un largo periodo de incubación, de más de 30 días, y que pudo haber contribuido a la rápida propagación de la enfermedad, de hasta 5 km al día. La peste negra se propagó por zonas donde no hay ratas, como Islandia, fue transmitida entre personas (lo que ocurre raramente con Yersinia pestis) y algunos genes que determinan la inmunidad a virus parecidos al Ébola están mucho más extendidos en Europa que en otras partes del mundo.
En una línea similar de pensamiento, el historiador Norman F. Cantor, en su libro In the Wake of the Plague (En el despertar de la peste, 2001), sugiere que la Peste Negra pudo haber sido una combinación de pandemias entre las que se podría encontrar una forma de ántrax.
Cita, entre otras cosas, informes sobre los síntomas de la enfermedad que no concuerdan con los efectos conocidos de las pestes bubónica y neumónica; el descubrimiento de esporas de ántrax en un cementerio de víctimas de la Peste Negra en Escocia y el hecho de que se sabe que se vendió carne de ganado infectado en muchas áreas rurales de Inglaterra poco antes del comienzo de la peste.
Más aún, lo que fue considerado previamente la evidencia definitiva a favor de la teoría de la Yersinia pestis, tejido de pulpa dental tomado de un cementerio en Montpellier de la epidemia del siglo XIV, que contenía DNA de Y. pestis, nunca fue confirmado en ningún otro cementerio.
Hay, sin embargo, contra argumentos para esta teoría. Ejemplos históricos de pandemias de otras enfermedades en poblaciones no expuestas previamente, tales como viruela y tuberculosis entre Indios Americanos, muestran que debido a que no hay una adaptación heredada a la enfermedad, su curso en la primera epidemia es más rápido y mucho más virulento que posteriores epidemias entre los descendientes o supervivientes. El Oriente Medio y el Oriente lejano fueron afectados igualmente mal (como testifica la Rihla de Ibn Battuta), así que es curiosa la prevalencia de genes de inmunidad específicamente en europeos. Además, la peste volvió repetidamente y fue considerada como la misma enfermedad a través de los sucesivos siglos hasta los tiempos modernos cuando fue identificada la bacteria Yersinia.
En Septiembre de 2003, un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford reveló los sorprendentes resultados de pruebas hechas sobre 121 dientes de 66 esqueletos encontrados en fosas comunes del siglo XIV. Los restos no mostraron traza genética alguna de Yersinia pestis, y los investigadores sugieren que el estudio de Montpellier podría haber sido defectuoso.
...TIPOS DE PESTE...
- La peste pulmonar ocurre cuando la Yersinia pestis infecta los pulmones. Este tipo de peste puede propagarse de persona a persona a través del aire. La peste pulmonar también puede propagarse al inhalar la Yersina pestis suspendida en las gotas minúsculas que se forman en las vías respiratorias de una persona (o animal) que sufre de peste pulmonar. Para infectarse de esta manera, por lo general se requiere que una persona esté en contacto directo y cercano con una persona o animal enfermo. La peste pulmonar también puede darse si una persona que sufre de peste bubónica o peste septicémica no recibe el tratamiento pertinente y la bacteria entra a los pulmones.
- La peste bubónica es la peste más común . Esto ocurre cuando una pulga infectada pica a una persona o cuando ésta se infecta con materiales contaminados que entran por algún corte en la piel. A los pacientes se le hinchan y duelen los ganglios (llamados bubones), tienen fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y se sienten débiles. La peste bubónica no se propaga de una persona a otra.
- La peste septicémica ocurre cuando la bacteria de la peste se multiplica en la sangre por sí sola o a consecuencia de una complicación de la peste pulmonar o bubónica. Cuando ocurre pos sí sola, se da de la misma manera como se da la peste bubónica, pero, no se forman bubones. Los pacientes presentan fiebre, escalofríos, postración, shock y hemorragia en la piel o en otros órganos. La peste septicémica no se propaga de una persona a otra.
...HISTORIA DE LA PESTE NEGRA...
La peste negra fue una devastadora pandemia que asoló Europa en el siglo XIV y que, se estima, causó la muerte de cerca de un tercio de la población del continente europeo. La mayor parte de los científicos cree que la peste negra fue un brote de peste bubónica, una terrible enfermedad que se ha extendido en forma de epidemia varias veces a lo largo de la historia. La peste es causada por la bacteria Yersinia pestis que se contagia por las pulgas con la ayuda de la rata negra (Rattus rattus), que hoy conocemos como rata de campo.
La mayor pandemia del siglo XIV comenzó quizá en algún lugar del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles. La peste llegó a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia genovesa de Kaffa (actual Teodosia) fue asediada por los mongoles. La Historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad (si bien la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos).
Los refugiados de Kaffa llevaron después la peste a Messina, Génova y Venecia, alrededor de 1347/1348. Algunos barcos no llevaban a nadie vivo cuando alcanzaban las costas. Desde Italia la peste se extendió por Europa afectando a Francia, España, Inglaterra (en junio de 1348) y Bretaña, Alemania, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia.
La crisis de los siglos XIV y XV: A finales del siglo XIII, Europa había llegado al límite del modo de producción feudal: era cada vez más difícil alcanzar el equilibrio entre producción de alimentos y población. En el caso de los pueblos hispanos, el esfuerzo militar y repoblador de la llamada Reconquista había sido inmenso, el avance territorial excesivamente rápido, etc. De este modo, en el siglo XIV se rompe el precario equilibrio de todos estos elementos y se produce una crisis, que es general en toda Europa. Esta crisis del siglo XIV se considera, desde el punto de vista historiográfico, como la muerte de la Edad Media y el surgimiento de estados modernos. En Europa Occidental se configura la formación social conocida como Antiguo Régimen, caracterizada por una economía en transición del feudalismo al capitalismo, una sociedad estamental y unas monarquías autoritarias que evolucionan hacia monarquías absolutistas. El feudalismo no desaparece, aunque sí cambia para sobrevivir hasta el fin del Antiguo Régimen, en el siglo XIX.
Sólo en Inglaterra los cambios se produjeron en una dirección peculiar, apareciendo una burguesía muy poderosa asociada a un comercio y a una industria muy innovadora que dará a este país una ventaja de casi un siglo en todos los aspectos respecto a Europa.
Hay que prevenir que la crisis es muy amplia y complicada y que afecta a todos los aspectos de la Edad Media (económicos, políticos, sociales, culturales) sin que se pueda decir que uno de esos puntos haya desencadenado la crisis en los demás, más bien se imbrican unos fenómenos con otros. Durante el siglo XIV la crisis fue global, mientras que durante el siglo XV puede decirse que hay una recuperación económica y demográfica, pero persisten la crisis política y la social.
Crisis y recuperación agraria [editar]Una de las causas de la crisis agraria puede ser la disminución de la cosecha de cereales que sería, a su vez, consecuencia -por ejemplo- del periodo de malas condiciones climatológicas persistentes (sequías, lluvias a destiempo, agotamiento de los terrenos, crisis de subsistencias...). Desde el año 1301 comienza a hablarse de los «malos años»:
[...] fue en toda la tierra muy grand fambre; é los omes moriense por las plazas é por las calles de fambre, e fue tan grande la mortandad en la gente, que bien cuidaran que muriera el cuarto de toda la gente de la tierra; e tan grande era la fambre, que comían los omes pan de grama..." (Crónica de Fernando IV)
Textos de este tipo se repiten a lo largo de todo el siglo XIV, recogidos en las diferentes cortes de todos los reinos peninsulares. Quizá una de las más duras sea la de 1333, que los catalanes bautizaron como «lo mal any primer», pero sobre todo la hambruna de 1343, ésta bautizada por los valencianos como «any de la gran fam», que, sin duda, preparó la llegada de la Peste negra. Paradójicamente, la gran mortandad de la pandemia disminuyó la incidencia de las hambrunas; a pesar de lo cual, en 1374 todavía el episodio se repitió en «la segona fam».[3]
No obstante, la situación del pequeño y mediano campesino no fue tan precaria como pudiera parecer. Aunque todo indica que fueron quienes más sufrieron la crisis, y (de hecho) algunos sucumbieron, ya que tenían menos medios de defensa y estaban más indefensos frente a la inflación y al alza de la presión fiscal, los datos conservados indican que la pequeña propiedad libre, los llamados alodios, consiguieron aguantar y subsistir en proporciones considerables.[4]
Por su parte, los campesinos más pobres, que huían de sus tierras, se juntaban en bandas de mendigos y bandoleros, o se refugiaban a las ciudades, quedándose con los trabajos peor remunerados, al no tener cualificación gremial alguna. Los concejos pideron a los monarcas que se rebajase la presión fiscal ante la imposibilidad de pagar las tasas. Como consecuencia, el campo sufrió una drástica reestructuración: los cultivos, los bosques, los yermos... Los propietarios cambiaron, los nobles, el clero y la oligarquía urbana se apropiaron de numerosas tierras y, a menudo, recurrieron a los "malos usos" para evitar la fuga de campesinos.[5] Junto a la reacción más retrógrada de ciertos aristócratas, los más avanzados optaron por formas de explotación más efectivas: el arrendamiento, la aparcería, la parcelación y el adehesamiento. Pero, lo único seguro es que, salvo en Andalucía, desaparecieron los grandes territorios con monocultivo cerealista.
Es, precisamente, en este periodo cuando se configura el tradicional paisaje agrario peninsular, coincidiendo con la Recuperación. En la Meseta la principal actividad económica sigue siendo el cereal, aunque la aparición de lugares destinados al ganado, los nuevos sistemas de explotación y los despoblados, trocean el paisaje. Pero, al mismo tiempo, surgen grandes regiones de especialización vitivinícola, en el valle del Duero, en La Rioja y en Andalucía, sobre todo. También en Andalucía, pero a finales del siglo XV, comienza a crecer el cultivo del olivo (sobre todo en el Aljarafe), fenómeno que se repite en Cataluña (Urgel, Tarragona, Ampurdán) y en los alrededores de Zaragoza (Cinco Villas). La mayor presencia de moriscos y payeses con gran iniciativa, favoreció una amplia renovación de la agricultura en la Corona de Aragón, además de la de horticultura intensiva, en la franja que va desde Barcelona, hasta Alicante y Murcia se ven plántas tintóreas, moreras para la seda, azafrán, caña de azúcar y arroz, el cual aumenta en los marjales de Murcia, Castellón y Valencia justo después de la Peste negra.
Crisis social [editar]
¡ Y los pobres lacerados
mostrar las carnes al cielo,
andar los desventurados
hambrientos, avergonzados,
teniendo por cama el suelo![10]Las dificultades afectan sobre todo a la masa social, incapaz de hacer frente a las penurias y al alza de precios. La reacción suele ser la desesperación, provocando desórdenes sociales o el refugio en lo trascendente. Hay un ambiente general muy tenso, los grupos sociales toman conciencia de su identidad y luchan encarnizadamente entre sí. Por un lado, están los problemas étnico-religiosos y por otro las luchas entre diferentes comunidades sociales. Los poderosos, que también sufrieron los rigores de la crisis, aprovecharon las circunstancias para presionar aún más a los grupos más indefensos y reforzar su posición en la sociedad. Para ello desempolvaron antiguas costumbres feudales, ya olvidadas por lo duras que resultaban, es lo que denominamos malos usos señoriales o malfetrías.
En general, los males se achacaban a algún tipo de castigo divino, es como si los cuatro jinetes del Apocalipsis se cernieran sobre la Tierra, lo que exacerbó la religiosidad popular, la superstición y el fanatismo. Por un lado, proliferan las rogativas y las misas, las procesiones de disciplinantes, vestidos con harapos, flagelándose y pidiendo perdón a Dios al grito de poenitentiam agite. Por otro, se produce una creciente tendencia a refugiarse en lo trascendente, a la búsqueda de respuestas en otra parte, desconfiando de la Iglesia; el caso más extremo (y en España muy minoritario) es la pérdida de confianza en la propia religión: la recuperación de la idea del Carpe diem, fielmente reflejada en el Decamerón de Bocaccio. Curiosamente, ambas concepciones, eso sí, más meditadas teológicamente (la del arrepentimiento y la que desconfía de la Iglesia), acaban uniéndose en la futura Reforma Luterana.
En cualquier caso, predominan las explicaciones supersticiosas y llenas de prejuicios, como quienes propusieron que un cometa envenenó el aire; pero la mayoría echó las culpas a las minorías no cristianas: moriscos y, sobre todo, judíos.
En otro orden de cosas, sin que trate de lleno a la península Ibérica, es imprescindible citar el Cisma de Occidente, ocurrido a raíz de la vuelta de los papas de Aviñón a Roma, en el año 1378. Secundariamente, la Corona de Aragón se vio involucrada, al ser nombrado papa el aragonés Benedicto XIII, también llamado el Papa Luna, que fue atacado y sitiado en Aviñón en 1403. No obstante, su cuñado, el rey aragonés Martín el Humano, le salvó y le dio refugió en Peñíscola, hasta su muerte. Tras el acuedro del Concilio de Constanza de deponer a los dos papas rivales, el de Roma, Gregorio XII, y el de Aviñón, Benedicto XIII, para nombrar a un tercero, Martín V, en 1417. El Papa Luna se negó a aceptar su destitución, manteniéndose en sus XIII.
Sólo en Inglaterra los cambios se produjeron en una dirección peculiar, apareciendo una burguesía muy poderosa asociada a un comercio y a una industria muy innovadora que dará a este país una ventaja de casi un siglo en todos los aspectos respecto a Europa.
Hay que prevenir que la crisis es muy amplia y complicada y que afecta a todos los aspectos de la Edad Media (económicos, políticos, sociales, culturales) sin que se pueda decir que uno de esos puntos haya desencadenado la crisis en los demás, más bien se imbrican unos fenómenos con otros. Durante el siglo XIV la crisis fue global, mientras que durante el siglo XV puede decirse que hay una recuperación económica y demográfica, pero persisten la crisis política y la social.
Crisis y recuperación agraria [editar]Una de las causas de la crisis agraria puede ser la disminución de la cosecha de cereales que sería, a su vez, consecuencia -por ejemplo- del periodo de malas condiciones climatológicas persistentes (sequías, lluvias a destiempo, agotamiento de los terrenos, crisis de subsistencias...). Desde el año 1301 comienza a hablarse de los «malos años»:
[...] fue en toda la tierra muy grand fambre; é los omes moriense por las plazas é por las calles de fambre, e fue tan grande la mortandad en la gente, que bien cuidaran que muriera el cuarto de toda la gente de la tierra; e tan grande era la fambre, que comían los omes pan de grama..." (Crónica de Fernando IV)
Textos de este tipo se repiten a lo largo de todo el siglo XIV, recogidos en las diferentes cortes de todos los reinos peninsulares. Quizá una de las más duras sea la de 1333, que los catalanes bautizaron como «lo mal any primer», pero sobre todo la hambruna de 1343, ésta bautizada por los valencianos como «any de la gran fam», que, sin duda, preparó la llegada de la Peste negra. Paradójicamente, la gran mortandad de la pandemia disminuyó la incidencia de las hambrunas; a pesar de lo cual, en 1374 todavía el episodio se repitió en «la segona fam».[3]
No obstante, la situación del pequeño y mediano campesino no fue tan precaria como pudiera parecer. Aunque todo indica que fueron quienes más sufrieron la crisis, y (de hecho) algunos sucumbieron, ya que tenían menos medios de defensa y estaban más indefensos frente a la inflación y al alza de la presión fiscal, los datos conservados indican que la pequeña propiedad libre, los llamados alodios, consiguieron aguantar y subsistir en proporciones considerables.[4]
Por su parte, los campesinos más pobres, que huían de sus tierras, se juntaban en bandas de mendigos y bandoleros, o se refugiaban a las ciudades, quedándose con los trabajos peor remunerados, al no tener cualificación gremial alguna. Los concejos pideron a los monarcas que se rebajase la presión fiscal ante la imposibilidad de pagar las tasas. Como consecuencia, el campo sufrió una drástica reestructuración: los cultivos, los bosques, los yermos... Los propietarios cambiaron, los nobles, el clero y la oligarquía urbana se apropiaron de numerosas tierras y, a menudo, recurrieron a los "malos usos" para evitar la fuga de campesinos.[5] Junto a la reacción más retrógrada de ciertos aristócratas, los más avanzados optaron por formas de explotación más efectivas: el arrendamiento, la aparcería, la parcelación y el adehesamiento. Pero, lo único seguro es que, salvo en Andalucía, desaparecieron los grandes territorios con monocultivo cerealista.
Es, precisamente, en este periodo cuando se configura el tradicional paisaje agrario peninsular, coincidiendo con la Recuperación. En la Meseta la principal actividad económica sigue siendo el cereal, aunque la aparición de lugares destinados al ganado, los nuevos sistemas de explotación y los despoblados, trocean el paisaje. Pero, al mismo tiempo, surgen grandes regiones de especialización vitivinícola, en el valle del Duero, en La Rioja y en Andalucía, sobre todo. También en Andalucía, pero a finales del siglo XV, comienza a crecer el cultivo del olivo (sobre todo en el Aljarafe), fenómeno que se repite en Cataluña (Urgel, Tarragona, Ampurdán) y en los alrededores de Zaragoza (Cinco Villas). La mayor presencia de moriscos y payeses con gran iniciativa, favoreció una amplia renovación de la agricultura en la Corona de Aragón, además de la de horticultura intensiva, en la franja que va desde Barcelona, hasta Alicante y Murcia se ven plántas tintóreas, moreras para la seda, azafrán, caña de azúcar y arroz, el cual aumenta en los marjales de Murcia, Castellón y Valencia justo después de la Peste negra.
Crisis social [editar]
¡ Y los pobres lacerados
mostrar las carnes al cielo,
andar los desventurados
hambrientos, avergonzados,
teniendo por cama el suelo![10]Las dificultades afectan sobre todo a la masa social, incapaz de hacer frente a las penurias y al alza de precios. La reacción suele ser la desesperación, provocando desórdenes sociales o el refugio en lo trascendente. Hay un ambiente general muy tenso, los grupos sociales toman conciencia de su identidad y luchan encarnizadamente entre sí. Por un lado, están los problemas étnico-religiosos y por otro las luchas entre diferentes comunidades sociales. Los poderosos, que también sufrieron los rigores de la crisis, aprovecharon las circunstancias para presionar aún más a los grupos más indefensos y reforzar su posición en la sociedad. Para ello desempolvaron antiguas costumbres feudales, ya olvidadas por lo duras que resultaban, es lo que denominamos malos usos señoriales o malfetrías.
En general, los males se achacaban a algún tipo de castigo divino, es como si los cuatro jinetes del Apocalipsis se cernieran sobre la Tierra, lo que exacerbó la religiosidad popular, la superstición y el fanatismo. Por un lado, proliferan las rogativas y las misas, las procesiones de disciplinantes, vestidos con harapos, flagelándose y pidiendo perdón a Dios al grito de poenitentiam agite. Por otro, se produce una creciente tendencia a refugiarse en lo trascendente, a la búsqueda de respuestas en otra parte, desconfiando de la Iglesia; el caso más extremo (y en España muy minoritario) es la pérdida de confianza en la propia religión: la recuperación de la idea del Carpe diem, fielmente reflejada en el Decamerón de Bocaccio. Curiosamente, ambas concepciones, eso sí, más meditadas teológicamente (la del arrepentimiento y la que desconfía de la Iglesia), acaban uniéndose en la futura Reforma Luterana.
En cualquier caso, predominan las explicaciones supersticiosas y llenas de prejuicios, como quienes propusieron que un cometa envenenó el aire; pero la mayoría echó las culpas a las minorías no cristianas: moriscos y, sobre todo, judíos.
En otro orden de cosas, sin que trate de lleno a la península Ibérica, es imprescindible citar el Cisma de Occidente, ocurrido a raíz de la vuelta de los papas de Aviñón a Roma, en el año 1378. Secundariamente, la Corona de Aragón se vio involucrada, al ser nombrado papa el aragonés Benedicto XIII, también llamado el Papa Luna, que fue atacado y sitiado en Aviñón en 1403. No obstante, su cuñado, el rey aragonés Martín el Humano, le salvó y le dio refugió en Peñíscola, hasta su muerte. Tras el acuedro del Concilio de Constanza de deponer a los dos papas rivales, el de Roma, Gregorio XII, y el de Aviñón, Benedicto XIII, para nombrar a un tercero, Martín V, en 1417. El Papa Luna se negó a aceptar su destitución, manteniéndose en sus XIII.
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